Ha fallecido Manuel Lorenzo, el actor radiofónico que popularizó el personaje del "abuelo Porretas"
Este miércoles 1 de septiembre, recibí la triste noticia del fallecimiento de Manolo Lorenzo, a quien traté durante mi estancia profesional en la Cadena SER y cuya amistad mantuve posteriormente. Manuel Lorenzo fue uno de lo grandes actores radiofónicos del Cuadro de Actores de Radio Madrid cuyos trabajos se difundieron a través de la Cadena SER. Manuel Lorenzo interpretó infinidad de personajes en los radioteatros y seriales que fueron tan populares en toda España entre los años cincuenta y setenta. Tenía una voz característica, robusta y potente que le permitía hacer personajes “de carácter”. Y es que Manolo, era en realidad persona de carácter fuerte, de esas a las que no se podía llevar la contraria. Tras su fuerte temperamento escondía un corazón de oro.
Alcanzó gran popularidad a partir de 1977, al convertirse en el “abuelo Porretas”, protagonista del serial “La Saga de los Porretas” que todas las mañanas invadía los hogares españoles. El escritor radiofónico Eduardo Vázquez fue el guionista del serial en el que junto a Manolo, intervenían otros grandes actores como Matilde Conesa, Matilde Vilariño, Juana Ginzo, Rafael Taybo… Tomás Martín Blanco, director de Programas de la Cadena SER, impulsó este serial que alcanzó enorme éxito.
Manuel Lorenzo también hizo doblaje y cine como por ejemplo en "El Crack" de José Luis Garci (1981) así como otras intervenciones.
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Manuel Lorenzo entre Pepe Machado y Andrés Vazquez |
Tuvo gran afición al deporte, especialmente por el
ciclismo. En una ocasión participó como comentarista en la retransmisión de una
carrera ciclista en la que yo era uno de los presentadores. De aquella
experiencia procede la foto en la que me encuentro con Manolo y el torero
Andrés Vázquez.
También, como comentarista deportivo hizo un programa radiofónico especializado titulado “Don Criticón” en el que Manolo no dejaba ‘títere con cabeza’ y llevaba la razón, casi siempre. Cuando le reconocían por la calle, cosa frecuente, y le pedían un autógrafo, Manolo les obsequiaba con una de las fotos que solía llevar en un bolsillo con una caricatura suya sobre una bicicleta y con una máquina de escribir en el manillar.
Manuel Lorenzo nos ha dejado con casi noventa años
de edad, y un legado que siempre brillará en la historia de la radio y el
deporte.
Descansa en paz, amigo.
Pepe Machado
El hijo de Manuel Lorenzo, Javier, es el autor de este texto:
"Ha muerto Manuel Lorenzo, el abuelo cascarrabias y a la vez entrañable que protagonizó en la cadena SER la exitosa radionovela “La saga de los Porretas”, el último de los grandes seriales radiofónicos, que fue galardonado en 1978 con el premio Ondas.
Con Manuel Lorenzo se extingue también el mítico “cuadro
de actores” de la emisora, ya que las otras dos grandes protagonistas de la
serie, Matilde Vilariño y Juana Ginzo, fallecieron los pasados 20 y 26 de
agosto, respectivamente. Así pues, en apenas once días, la historia de la radio
ha perdido a tres de sus referentes: los culpables de que durante la
titubeante, impredecible y muchas veces trágica Transición a los españoles
siempre se les despertara una sonrisa.
Tal vez hoy sea difícil comprender aquel fenómeno. Cómo
la historia de una familia de clase media, preocupadísima por el chalé, el fin
de mes o los estudios de sus vástagos, pudo calar de aquella forma entre el
público. Tanto, que estuvo en antena doce años (1976/1988). Tanto, que es el
único espacio radiofónico que se ha emitido tres veces al día. Tanto, que una
década más tarde aún se reponía en alguna cadena. Tanto, que se ha hecho una
serie de televisión y hasta una película. Tanto, que los taxistas o los
camareros invitaban a los actores/locutores cuando les reconocían la voz. Y
tanto, que el hoy rey emérito –seguidor acérrimo- enviaba felicitaciones
navideñas a los integrantes del serial.
Era un éxito colectivo. Del genial Eduardo Vázquez, autor
y guionista; del director José Fernando Dicenta, de los técnicos de sonido, del
responsable de los efectos especiales –recuerdo que se llamaba Juan Salas- y,
por supuesto, de los actores. Y entre éstos destacaba don Segismundo Porretas,
con su voz aguardentosa –que era impostada-, con sus expresiones castizas, con
sus blasfemias atemperadas, con sus ingenuos líos amorosos o las efervescentes
discusiones con su nuera Candelaria. Y la magia era la voz. Esos “¡pero,
leñe!”, esas expresiones si se quiere anticuadas, pero no por eso menos
contundentes, que empujaban al oyente a ponerse instintiva y constantemente del
lado del tozudo abuelo Porretas. Y ese impulso, ese acento, ese registro,
Manuel Lorenzo lo bordaba. Ése fue su gran mérito y con ello hizo feliz a mucha
gente.
Nacido en Madrid el 4 de noviembre de 1931 –“me
engendraron monárquico, pero nací republicano”-, Manuel Lorenzo vivió las
extremas circunstancias de la posguerra: su padre fue condenado “por auxilio a
la rebelión” y su casa –en la calle Bordadores, a unos pasos de la Plaza
Mayor-fue bombardeada por la aviación nacional; también fue un “niño de Rusia”,
rescatado a vuelapluma por una familia de Valencia y tuvo un hermano que murió
en el Jarama… Un panorama desolador.
A su vuelta de Valencia, siendo poco más que un crío, empieza a trabajar en banca, pero a la vez le atrae el teatro. Destaca sobre todo por su voz peculiar -ronca, potente-, que le conduce al encuentro del humorista Luis Sánchez Polack “Tip”, quien le presenta a su vez a José Fernando Dicenta. Tras una rápida prueba de micrófono, el dictamen es categórico: “Venga usted mañana a las ocho”.
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Manuel Lorenzo y Matilde Conesa |
A partir de entonces colabora en los grandes seriales
radiofónicos de la SER como Matilde, Perico y Periquín (guion de Eduardo
Vázquez) o Ama Rosa y Simplemente María (de Guillermo Sautier Casaseca).
Además, poco a poco se introduce en el campo deportivo, donde comparte espacios
con Vicente Marco, Alfonso Azuara o José María García. Así nace “don Criticón”,
que desde el principio hace honor a su nombre, lo que a la postre le acarreará
una denuncia del entonces presidente del F.C. Barcelona, José Luis Núñez, y la
consiguiente desaparición del personaje. Pese a ello siguió vinculado al
deporte, sobre todo al ciclismo, pues durante casi una década fue el locutor
oficial de la Vuelta ciclista a España.
El éxito de “La saga de los Porretas” le impulsa a otros
trabajos. Da voz a numerosos cortos y documentales –aún sigo buscando el de
“Gran Vía”, donde aseguraba muy chuleta que “era la segunda calle más
importante del mundo, porque la primera la están construyendo”- y en 1981
interpreta a Rocky, el barbero, en la película El crack, de José Luis Garci.
Colaboración que repetiría dos años más tarde en El crack 2. Fue su papel más
destacado en el cine, un medio que en realidad nunca cultivó, pues la radio
siempre fue su gran pasión. Una pasión con la que consiguió emocionar y hacer
reír a todo un país.
P.D. En los periódicos es costumbre que se tengan ya
escritos los obituarios de aquellos personajes que, por su edad o estado de
salud, están próximos a la muerte. Durante los últimos meses tuve esa tentación
con respecto a mi padre. Pero me negué a hacerlo. Me lo prohibí tajantemente.
No podía anticipar de ese modo su desaparición. No iba a dar ni una excusa al
destino. Pero hoy, esta noche, después de haber besado y acariciado su rostro
por última vez, sé que estas líneas son algo que le debo.
Tengo mil anécdotas y recuerdos, pero ya son el poso de un perfume añejo, el tono sepia de una fotografía familiar. Así que no ahondaré. Los guardaré y de vez en cuando los sacaré a la luz entre quienes lo conocieron para que, aunque sólo sea por un segundo, brillen de nuevo. Por lo demás, pido disculpas por la extensión del texto, por la pena que desprende o incluso, algunos quizá lo piensen, por su aparente frialdad. Cada uno se enfrenta a la pérdida de una manera única e implacable. Definitiva. Y yo, amigos, en estos momentos sólo soy un hombre triste que intenta hacerlo lo mejor que puede.
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Javier Lorenzo, escritor y periodista |
Descansa en paz, papá. Te echaré de menos".