miércoles, 15 de mayo de 2024

Eric Burdon (solista de The Animals) cumple 81 años

Micky y Los Tonys fueron teloneros de la banda  


Los amigos de Bluesmanía me recuerdan que hoy celebra Eric Burdon 81 años de edad con excelente salud. “Desde sus inolvidables días con The Animals hasta su carrera como solista, Eric ha sido una fuerza motriz en el mundo del rock and roll, cautivando al público con su poderosa voz y energía cruda”. 


Eric Burdon brinda por su 81 cumpleaños
Tuve ocasión de presenciar uno de sus conciertos en Madrid, en diciembre de 1965 en plena euforia de la banda. Y es más, tras la actuación, nos recibieron en un hotel de la Gran Vía dónde se hospedaban. Por aquella época, fui redactor de la revista musical Fonorama, que dirigía José Luis Álvarez con Roberto Sánchez Miranda como redactor-jefe. Los tres mantuvimos durante una hora larga, una entrevista que seguidamente se publicó en la citada revista Fonorama.

Me parece increíble que la salud de Eric Burdon le haya permitido aguantar hasta estos 81 años de edad que disfruta actualmente y es que en sus mejores años bebía “como un cosaco”.

Micky, el solista de Los Tonys” cuenta una anécdota de aquél concierto de la que Salvador Domínguez hace referencia en su libro “Los hijos del rock”. Salvador, un talentoso guitarra de rock y blues, fue miembro de Banzai, tocó con Los Canarios, Los Pekenikes y Miguel Ríos y participó en las producciones de Alain Milhaud.

"Los Animals devoran Madrid" 

Con el título “Los Animals devoran Madrid” así describe la anécdota que vivió Micky que fue telonero de Los Animals en aquél concierto memorable:

“En Diciembre de 1965, The Animals actuaron en Madrid, en la sala Mónaco de la calle Fundadores. Al dueño de la sala, el señor Blanco, se los ofreció una agencia de contratación española, y éste decidió jugársela para ver “que pasaba con los yeyés”.

Antes de eso, The Animals ya habían visitado nuestro país, porque en febrero de aquel mismo año tocaron en un evento celebrado en el Palacio de los Deportes de Barcelona, denominado “Disquiniela”, una especie de quiniela musical en la que también participaron Lone Star, y Los Botines, de Manolo Pelayo.

Desde que en 1964 acapararon las listas de éxitos de medio mundo con su furibunda adaptación de The house of the rising sun (La casa del sol naciente), The Animals estaban considerados como uno de los principales grupos beat del momento, encabezando, junto a The Rolling Stones y The Yardbirds, el llamado r&b británico. Extensas y prolongadas giras por Europa y los Estados Unidos habían remachado aún más el éxito de este maravilloso quinteto, oriundo de Newcastle, la última ciudad inglesa antes de entrar en territorio escocés”.

“Cualidades sobrenaturales”


“Su cantante, Eric Burdon, era un tipo con unas cualidades sobrenaturales. Poseía un amplísimo registro y atacaba desde las notas más graves hasta las más agudas. Hacia el final de cada canción parecía que estaban a punto de estallarle las cuerdas vocales. Además de eso, tenía un carácter sumamente particular. Su actitud nada más llegar a la sala Mónaco está más acorde con las taras y neuras de un viejo bluesman que con las de un músico de un grupo famoso.

Dado que aquella noche Micky y Los Tonys actuaron como teloneros de lujo, su cantante, Micky Carreño, puede facilitarnos algunas pistas: “Burdon entró por la puerta, bajó las escaleras, se fue a la barra, cogió una botella de Johnny Walker, la guardó celosamente debajo de su axila y se dirigió impasible al camerino. Allí su compinche, el bajista Chas Chandler -futuro productor de Jimi Hendrix-, sacó de una bota un puñal con el que inscribió en la pared el nombre de su grupo: The Animals.” Así empezaban las clases magistrales sobre cómo debía comportarse una buena banda de rhythm and blues, y los presentes tomaron nota. Vaya que lo hicieron. 

Ya en el escenario, Burdon plantó la botella encima del órgano de Dave Rowberry, pegándose a morro unos lingotazos de cuidado, que al parecer no le impedían cantar portentosamente, sin ayuda de reverb, cámaras, ni eco. A pelo con el micrófono.

Aquella legendaria actuación fue sonada y dejó secuelas; además, tocaron muchos de sus mejores temas: I´m crying, Don´t let me be misunderstood, We gotta get out of this place, It’s my life, Tobacco road -de sus colegas The Nashville Teens-, y la inevitable House of the rising sun, canción estandarte de The Animals. La gente venía pidiéndola desde el principio del show, pero Burdon se mostraba reacio a cantarla. Finalmente accedió y se la despachó con tres pares de ... botellas de Johnny Walker”.

Y esta es la anécdota que Micky vivió y narró de aquel concierto, que hace buena la frase popular “lo que no mata, engorda”. Como se aprecia en la foto de Erick Burdon, no puede negar que está gordito y que el alcohol ha sido su mejor medicina.

Pepe Machado