Cuando
se es un gran músico y además una gran persona, se forma un tándem artístico y
humano que multiplica por mil la admiración que sentimos a personas como Pepe
Sánchez. Y es que en él se da un talento
desbordante y una sencillez fuera de lo común.
Por
eso me gusta estar cerca de Pepe cuando protagoniza algún acontecimiento, ya
sea de carácter musical o personal. En esta ocasión, el motivo fue su
cumpleaños nada menos. Pepe nos reunió a casi medio centenar de amigos en los
jardines de un restaurante de las afueras de Madrid dónde se celebró una velada
entrañable.
Emilio José le dedicó una mexicanada a su amigo, paisano y tocayo. |
De
pronto, en plena cena, irrumpió el mariachi Charros de Jalisco que dedicó a
Pepe clásicos de la canción mejicana, entre rancheras y boleros, que coreamos más
o menos al unísono. Después, alguien dijo ¡que cante Emilio José! y sin hacerse
de rogar, el paisano de Pepe (ambos son cordobeses) desgranó una mexicanada que
ya hubieran querido escuchar en el mismísimo Jalisco. O en El Salvador, puesto
que entre los invitados se encontraba Glenda Gaby, que con su hermosa voz, quiso
poner su broche mexicano a la noche especial de su amigo Pepe Sánchez, quién también
se dejó llevar por la emoción entonando unas notas.
Tras
los postres llegó el momento de los regalos, uno a uno Pepe los fue abriendo
con buen humor compartido con sus más viejos (es un decir) amigos. Ni que decir
tiene, que la esposa y los tres hijos de Pepe, ocupaban un lugar de honor en la
agradable fiesta.
Pepe Sánchez entre Emilio José y Pepe Machado |
Un
brindis por Pepe Sánchez puso el punto final a su fiesta. Estoy
seguro de que antes de que volvamos a celebrar su nuevo cumpleaños, habrá otros
muchos argumentos para hablar de Pepe como protagonista de alguna noticia como
músico, bien como baterista o pianista, como director de orquesta al frente de
su Big Band, como compositor, como secretario general de AIE, o como creador de
alguna otra actividad artística.
Por
Pepe Machado